La práctica
educativa debe ser participativa, un proceso sistemático de aprendizaje,
así como, un proceso crítico y, además, un proceso comprensivo. Debe
sustentarse en la intercomunicación entre la praxis y la reflexión y,
debe contemplar una planificación, una realización, la observación
posterior y la reflexión, para, a continuación, volver a la
planificación. De la misma manera, debe posibilitar un currículo
compartido y registrar las experiencias en el aula, para lograr grupos
de instrucción con relaciones interpersonales y flexibles.
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Al
elaborar una unidad didáctica, debemos plantear un diagnóstico de
necesidades, desde un punto de vista general, alumnos, centro y
profesores, así como un diagnóstico del área que vamos a tratar. En
nuestro caso, nos interesa utilizar los videojuegos como medio en la
elaboración de la unidad didáctica, para ello, chequeamos la cercanía de
nuestros alumnos con estos medios, así como la de los profesores y los
recursos del centro para poder implementar las herramientas necesarias. A
continuación, diagnosticamos las necesidades del área específica.
En
cuanto a las fases de diseño de nuestras unidades didácticas, vamos a
contemplar seis fases: una primera de negociación para elegir el centro
de interés o tópico sobre el que vamos a plantear el material didáctico.
Una segunda fase que nos permita plantear los objetivos de área. Una
tercera y cuarta fase en las que seleccionaremos los contenidos y
planificaremos la tarea final, que recoja todo lo contemplado
anteriormente. Una quinta fase en la secuenciaremos las tareas y, por
último, una sexta fase en la que diseñaremos la evaluación. Todo ello,
estará a disposición de la negociación de conjunto con los
participantes, diseñadores y colaboradores.
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Sepúlveda Barrios, Félix y Hernández Aguiar, José Mª.
Diseño de Unidades Didácticas de Lengua y Literatura en la Secundaria Obligatoria, 2006, UNED ediciones.